Brooklynella en el acuario marino

En este nuevo artículo vamos a hablar sobre una de las enfermedades de agua salada más complicadas de manejar y de rápida propagación, y tan común en peces payasos que se ha ganado el sobrenombre de “la enfermedad del pez payaso”. Hoy hablamos del parásito Brooklynella hostilis y cómo podemos tratarlo y evitarlo.

 

QUÉ ES BROOKLYNELLA

Llamamos “Brooklynella” a la enfermedad originada por el parásito del mismo nombre, Brooklynella hostilis. Este parásito es un protozoo (organismo unicelular) ciliado (con cilios o pequeños “pelitos” alrededor del cuerpo para su desplazamiento) que infecta los tejidos externos de peces marinos, como branquias, piel y aletas, anclándose a ellos y alimentándose de sus fluidos, generando un debilitamiento masivo y unas heridas en el pez que son las compuertas perfectas para la entrada de más enfermedades.

Normalmente se encuentra comúnmente asociado a peces del género Amphiprion (de ahí el nombre de “enfermedad del pez payaso”), aunque puede infectar a todo tipo de peces marinos, excepto elasmobranquios, y la mayor susceptibilidad la presentan caballitos de mar, peces ángel, cirujanos y lábridos.

BROOKLYNELLA EN NUESTRO ACUARIO

Este protozoo unicelular, al igual que la gran mayoría de sus compañeros, es un parásito oportunista que infecta a peces con un sistema inmunológico deprimido y en general mal estado de salud, bien sea por estrés tras un transporte (muy común en peces recién adquiridos), malas condiciones de parámetros en el agua del acuario, fluctuaciones bruscas de parámetros como salinidad y/o temperatura, una mala alimentación, acoso y agresión por parte de compañeros de tanque, y en general todos los factores que puedan generar un estrés en el pez.

Esta enfermedad no es tan común como muchas otras infecciones bacterianas o protozoarias en el acuario, pero cuando aparece, lamentablemente causa muchos más estragos de lo que pueden causar las más comunes. Dado que se reproducen por bipartición, estos parásitos son de muy rápida propagación en el pez y en general muy contagiosos en el acuario, por lo que es vital actuar cuanto antes. Tan rápida es su propagación y letalidad, que se dice que una vez infectando al acuario, aunque es menos frecuente, causa más muertes que el conocido “punto blanco” (Cryptocaryon irritans) y el “terciopelo marino” (Amyloodinium ocellatum).

 

SÍNTOMAS DE BROOKLYNELLA

Cuando nuestro pez o peces están contagiados con Brooklynella, inicialmente podremos notarlos apáticos, separados del resto y con aspecto demacrado y aletas plegadas, pero rápidamente, si no ponemos remedio comenzaremos a ver los síntomas más comunes de esta enfermedad: el pez comienza a perder brillo en sus escamas y una fina tela blanquecina empieza a recubrir todo su cuerpo, como si se estuviera despellejando poco a poco. Esto es debido a las brutales heridas e irritación que causan los parásitos en las mucosas y piel del pez. Cuando la infección está muy avanzada, el pez presenta dificultad respiratoria, abriendo mucho los opérculos en busca de una mejor ventilación.

PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO

La prevención de cualquier enfermedad en el acuario pasa por tener en cuenta varios puntos clave:

1º Mantener una buena calidad del agua y unos filtros limpios.

2º Mantener unos parámetros estables, sin fluctuaciones bruscas, sobre todo en el caso de la salinidad y la temperatura.

Evitar factores de estrés en los peces como ruidos y golpes en el acuario, manipulación excesiva e innecesaria de los peces, mala nutrición y todos los relacionados con la mala calidad del agua.

4º Adquirir peces y/o invertebrados en un establecimiento de confianza, siempre priorizando peces de cría en cautividad, que suelen tener un proceso de selección más seguro y libre de enfermedades.

5º Realizar una buena aclimatación en la llegada de los nuevos inquilinos, para evitar shocks a la entrada del acuario y desarrollo de enfermedades posteriores, como Brooklynella.

En cuanto al tratamiento, aunque es mucho más contagiosa que el “punto blanco de agua salada” o el “terciopelo marino”, es una enfermedad también ocasionada por protozoos, por lo que su tratamiento la mayoría de las veces es similar. La ventaja es que Brooklynella, a diferencia de las dos enfermedades anteriores, no la ocasiona un parásito enquistado, y por lo tanto durante todo su ciclo de vida es susceptible a la medicación, pudiendo ser tratara más fácilmente.

Los tratamientos más comunes, al alcance del acuarista y efectivos contra esta enfermedad son los siguientes:

Hiposalinidad:

En este caso se han comprobado mejores resultados incluso que contra otras enfermedades, pues el parásito B. hostilis no tiene capacidad osmorregularotia y no se adapta bien a ambientes menos salinos que los convencionales. En este caso se pueden dar baños periódicos de agua dulce de corta duración a los peces más resistentes, siempre bajo vigilancia.

Formalina:

Baños cortos de formalina también son muy efectivos contra la eliminación de este parásito, y se recomienda hacerlos junto a los baños de agua dulce, pues así aumenta en gran medida su efectividad. Se debe oxigenar muy bien el tanque donde se esté tratando al pez, pues la formalina disminuye el oxígeno del agua.

Sulfato de cobre:

Es el tratamiento por excelencia, muy efectivo contra el parásito, sobre todo en conjunto con la formalina. No obstante, este compuesto es tóxico para invertebrados por lo que su aplicación solo deberá llevarse a cabo en un tanque hospital. Se ha comprobado que este compuesto aumenta la efectividad contra el parásito si se aplica un ambiente hiposalino (con densidad de 1.010 a 1030) (Goemans & Ichinotsubo, 2008).

Verde de malaquita y azul de metileno:

Estos dos compuestos también son muy efectivos contra el parásito, pudiéndose combinar además con la formalina para crear un tratamiento de amplio espectro más efectivo.

CONSIDERACIONES

Referente a la identificación de la enfermedad y su tratamiento, debemos tener en cuenta varios puntos clave:

SOBRE LA IDENTIFICACIÓN

Aunque no sepas diferenciar las enfermedades, si tu pez actúa raro, desconfía y vigílalo de cerca, pues un tratamiento preventivo a tiempo puede evitar muchas situaciones negativas posteriores.

¿Qué es “actuar raro?

  • Cualquier cambio en el comportamiento normal.
  • Se vuelve más tímido y asustadizo.
  • Deja de comer o pierde el apetito.
  • Se separa del grupo y se aísla.
  • Presenta indicios claros de enfermedad (aletas demacradas, pérdida de brillo, bultos en el cuerpo, etc.).

Aunque es un síntoma que comparten muchas enfermedades, algo muy indicativo de que algo no va bien en un pez es el incesante rascado contra superficies del acuario. Si observas este comportamiento en tu pez, de forma obsesiva y muy frecuente, probablemente el pez esté infestado con parásitos externos. No sabrás cuál a ciencia cierta, pero sí sabrás que la gran mayoría de ellos, pueden tratarse con los mismos métodos.

SOBRE EL TRATAMIENTO

Hay ocasiones en las que los síntomas tempranos nos indican que algo extraño ocurre (por ejemplo, rascado excesivo), pero no son suficientemente claros para saber diferenciar una enfermedad de otra. En ese caso, se puede proceder a hacer un tratamiento preventivo, sabiendo que la mayoría de afecciones de protozoos externos (“punto blanco”, “velvet” o “terciopelo marino”, Brooklynella y Uronema, por ejemplo) se pueden tratar inicialmente de la misma forma: hiposalinidad, sultafato de cobre, formalina y verde de malaquita.

Dada la toxicidad de algunos medicamentos para invertebrados del acuario, el tratamiento de todo pez enfermo siempre se recomienda hacerse en un “acuario hospital”. Además, para maximizar la efectividad del tratamiento, dicho acuario debe cumplir con ciertas características (link artículo acuario de cuarentena https://www.coralesymarinos.com/el-acuario-de-cuarentena/).

Por último, aunque se conozcan los principios activos que sirven para curar determinada enfermedad, y en la bibliografía puedes encontrar las dosis a utilizar, siempre hay que recordar que para utilizar cualquier medicamento comercial se deben atender a las especificaciones de cada producto.

REFERENCIAS

Goemans Bob, Ichinotsubo Lance. The Marine Fish Health & Feeding Handbook: The Esiantial Guide To Keeping Saltwater Species Alive And Thriving. 2008. P. 232.

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