Enfermedad de la burbuja de gas en el acuario

En este nuevo artículo vamos a hablar sobre una enfermedad que puede atacar a nuestros peces de forma tan silenciosa que muchas veces no nos damos cuenta hasta que es demasiado tarde para remediarla. Hoy hablaremos sobre la enfermedad de la burbuja.

Más que una enfermedad, puede considerarse un síndrome y muchas veces puede matar a nuestros peces incluso sin que nosotros consigamos descubrir la razón aparente. Esta enfermedad de la burbuja, también llamada embolismo gaseoso, es una alteración en la cantidad de gases disueltos en el acuario que genera un desbalance gaseoso en el organismo del pez, generándole múltiples daños y en el peor de los casos la muerte.

POR QUÉ APARECE LA ENFERMEDAD DE LA BURBUJA

Este síndrome aparece cuando se produce una sobresaturación de gases en el acuario que afecta a los peces de manera negativa (Noga, 2010).

Para entender qué es esa sobresaturación y comprender cómo puede afectar a los peces, debemos saber unas cuantas cosas básicas:

QUÉ ES LA SOBRESATURACIÓN DE GASES Y CÓMO SE PRODUCE EN EL ACUARIO

Los líquidos, y en este caso el agua de nuestro acuario, son capaces de mantener disuelta una determinada cantidad de gases hasta un determinado límite, estando en equilibrio la presión de gases en el interior del líquido y la presión de gases atmosférica. Ese límite es el punto de saturación y varía dependiendo de las condiciones del sistema, principalmente la temperatura del agua y la presión.

Un aumento de la temperatura produce una disminución de la capacidad de retener gases, por lo que disminuye el punto de saturación (permite disolver menos cantidad). Por el contrario, un aumento de la presión aumenta la capacidad de retener gases, por lo que aumenta la saturación (permite disolver más cantidad).

El agua de nuestro acuario lleva consigo una cantidad de gas disuelto que por un lado entra mediante difusión desde la atmósfera atravesando la superficie del agua, por otro lado, puede entrar gracias a la mezcla de agua/aire que producen los skimmer de proteínas, también puede entrar debido a la producción por parte de los organismos del acuario y por último puede entrar a través de las bombas de agua o tuberías que inyecten agua y aire mezclados al sistema. Estas entradas son las que permiten la presencia del oxígeno necesario en nuestro acuario para mantener la vida en él. En estos casos, a una temperatura constante y a una presión atmosférica normal, va entrando nuevo aire al agua a medida que va saliendo por otro lado, manteniendo un equilibrio en las presiones de ambos ambientes y la saturación de gases en el sistema.

Si por alguna razón cambiaran brusca y drásticamente los parámetros que condicionan la solubilidad del gas en el agua, que son la temperatura y presión, esto produciría un cambio en la cantidad de gases disueltos, entre ellas una sobresaturación, con las consecuencias que esto puede conllevar. Esta sobresaturación ocurre cuando se disuelve más gas en el agua de lo que el sistema normalmente puede aguantar, habiendo un exceso que debe salir bruscamente en algún momento dado.

Las causas de que exista una sobresaturación de gas en el acuario pueden ser varias:

  • Temperaturas demasiado frías: Las aguas cuanto más frías, más capacidad de disolución de gases tienen, por lo que podrán estar sobresaturadas respecto al agua en condiciones normales.
  • Inyección de aire a presión: La presión aumenta la capacidad de disolución de gases, por lo que si inyectamos aire a presión en el acuario podríamos sobresaturar el agua. Esto ocurre cuando, por ejemplo, tenemos una bomba defectuosa que inyecta aire junto al potente caudal de agua que ingresa al acuario, inyectando una cantidad muy alta de microburbujas. Estas microburbujas aportan muchos gases al sistema debido a su gran presión parcial por su alta relación superficie-volumen (cuanto más pequeña la burbuja, mayor presión parcial de gases en su interior y mayor capacidad de sobresaturar).

CÓMO SE ORIGINA LA ENFERMEDAD DE LA BURBUJA

Los peces también están llenos de gases, constantemente intercambiándolo con el medio y manteniendo un equilibrio de presiones. Estos gases principalmente son el oxígeno y nitrógeno, componentes mayoritarios del aire atmosférico.

Cuando hay sobresaturación de estos gases en el agua, se produce un exceso de esos gases también en el pez, lo cual debe ser eliminado de alguna forma. Lo más común es que el problema sea originado por el nitrógeno, que necesita escapar rápidamente del sistema del pez cuando está en exceso, y lo normal es que esto ocurra cuando las condiciones que limitan esa saturación de gases cambien, siendo estas condiciones la presión y la temperatura.

Pongamos ejemplos con ambos parámetros:

Respecto a cambios de presión:

Si el pez está en un medio sobresaturado de gases, él también lo estará. Si la presión a la que está sometido el pez disminuye drásticamente, los gases en exceso contenidos en el pez – sobre todo el nitrógeno (Marking, 1987) – se liberarán bruscamente, pudiendo generar embolias, acumulación de burbujas de gas en sus tejidos, exoftalmia y muchos otros signos perjudiciales. Esto suele ocurrir en peces que viven a altas profundidades (altas presiones) y ascienden brusca y rápidamente por la columna de agua, a menos profundidad (menos presión). Esto es lo mismo que lo que conocemos como “enfermedad del buzo” o “enfermedad descompresiva” que sufren algunos buceadores desafortunados cuando ascienden a superficie rápidamente sin esperar suficiente a que el nitrógeno acumulado que han ido respirando con la botella de aire, salga paulatinamente de su torrente sanguíneo. Sin embargo, esta causa en acuarios es muy poco probable, pues no se dispone de tanta profundidad como para generar esos cambios tan bruscos en la presión de la columna de agua.

Respecto a cambios en temperatura:

Si el pez está en un medio sobresaturado de gases, él también lo estará. Si en esas condiciones de sobresaturación subimos repentina y bruscamente la temperatura del sistema, esto hará que el agua pierda capacidad de disolución de gases, y esos que estaban en exceso deberán salir abruptamente. Esto implica que los gases en el interior del pez (de nuevo, mayoritariamente el nitrógeno) también deban salir de forma brusca, nuevamente pudiendo generar embolias, acumulación de burbujas de gas en sus tejidos, exoftalmia y muchos otros problemas. Esto sí es un peligro recurrente en el acuario, sobre todo si tenemos una inyección descontrolada de aire a presión y una temperatura que oscile mucho.

SIGNOS DE LA ENFERMEDAD DE LA BURBUJA

Si tenemos la mala suerte de sufrir este problema en el acuario los signos más notables que podremos apreciar son acumulación de pequeñas burbujas de gas en la zona de las aletas, en las escamas e incluso en los ojos, pudiendo generarles exoftalmia, que poco a poco van creciendo más, comprometiendo la salud de los peces.

Muchas veces, los signos también son bastante menos específicos ya que los peces también presentan cambios de flotabilidad y dificultad para nadar correctamente, pueden parecer desorientados por un daño de las burbujas de gas en su línea lateral, y pueden presentar oscurecimiento de la piel, por ello se pueden confundir con otra causa o enfermedad y se puede tardar en remediar el problema.

TRATAMIENTOS PARA LA ENFERMEDAD DE LA BURBUJA

Dado que no es ninguna enfermedad, sino más bien un “choque” físico, a menos que metamos a nuestros peces en una cámara hiperbárica como hacemos con los buzos, no hay ningún tratamiento químico para ello. El mejor tratamiento contra este síndrome es una buena defensa, es decir, evitar en la medida de lo posible que exista una sobresaturación de gases peligrosa en el sistema.

Si notamos indicios de este síndrome en nuestros peces deberemos actuar con rapidez: Primero deberemos buscar la fuente de entrada de ese exceso de gases, para dejar de sobresaturar el sistema (puede ser una inyección de microburbujas excesiva por una bomba defectuosa o un skimmer de proteínas con mal funcionamiento). Segundo, deberemos airear bien el acuario aumentando turbulencia en superficie para favorecer la salida por difusión del exceso de gas y evitar la sobresaturación (por ejemplo, podemos colocar bombas de movimiento, salidas de filtro, etc., orientadas a la superficie). Y tercero, y muy importante, deberemos evitar a toda costa las oscilaciones de temperatura que puedan desencadenar esa salida abrupta del exceso de gas en el organismo de nuestros peces.

Estas medidas podrán permitir que de forma muy pausada se vaya equilibrando la cantidad de gases en el acuario y en nuestros peces, evitando males mayores.

¿LAS MICROBURBUJAS SON PELIGROSAS PARA LOS PECES?

Se tiende a pensar que la presencia de microburbujas en el acuario marino se debe evitar a toda costa porque estas son muy peligrosas, y se suelen enumerar diferentes razones: Irritan la piel de nuestros peces, se quedan atascadas entre las escamas y les generan quemaduras o cambios en flotabilidad, etc. Sin embargo, como hemos tratado en otro artículo, estas razones no se fundamentan.

Sin embargo, sí que es cierto que estas microburbujas pueden resultar perjudiciales para nuestros peces, no por las razones anteriores sino por lo expuesto en este presente artículo, por el riesgo que suponen en cuanto a sobresaturación de gases. Sabiendo esto y conociendo ahora cómo funciona la sobresaturación y la enfermedad de la burbuja en nuestros peces, podemos comprender que NO SIEMPRE las microburbujas son peligrosas, y si vemos unas cuantas en nuestro sistema no hace falta echarnos las manos a la cabeza y preocuparnos. Lo que debemos controlar si tenemos microburbujas en el acuario son las condiciones del mismo, sobre todo las oscilaciones de temperatura, para evitar un posible problema de sobresaturación y embolias gaseosas. De hecho, es una práctica cada vez más común hacer “baños de microburbujas” a los acuarios de arrecife, por presentar varios beneficios. Si quieres conocer más sobre este tema te recomendamos que visites el artículo donde hablamos de ello, adjunto al final.

Como conclusiones a este artículo se puede sacar que:

  • La “Enfermedad de la burbuja”, más que enfermedad es un síndrome producido por diferentes variables en el acuario.
  • Sí, las microburbujas pueden generar el síndrome de la burbuja en peces, si se encuentran en exceso y siempre asociadas a unos parámetros determinantes, como es el caso de la temperatura del acuario.
  • Podemos inyectar microburbujas en el acuario sin riesgo de producir problemas a nuestros peces, siempre que lo hagamos en cantidad moderada y condiciones adecuadas.

Y con todo esto, damos por concluida la explicación de este curioso síndrome y sus implicaciones en el acuario. Recordamos que, junto a esta lectura, también son muy interesantes los artículos sobre las microburbujas en el acuario, sus pros y sus contras, que les dejamos a continuación y que pueden aportar una visión global y más completa sobre el tema.

BIBLIOGRAFÍA

Marking, L. L. (1987). Gas supersaturation in fisheries: causes, concerns, and cures (Vol. 9). US Department of the Interior, Fish and Wildlife Service.
Noga, E. J. (2010). Fish disease: diagnosis and treatment. John Wiley & Sons.

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