¿Debo sifonar la arena de mi acuario marino?

No hay mejor introducción a este nuevo artículo que el propio título de este, y es que esta pregunta es una constante duda y objeto de controversia cuando montamos nuestro acuario marino con sustrato.

Lejos de discutir las ventajas y desventajas de poner o no poner sustrato en un acuario, hoy vamos a ver qué debemos o no debemos hacer con ese sustrato a la hora de la limpieza y el mantenimiento. Empezaremos respondiendo a la pregunta, y proseguiremos explicando y justificando nuestra postura frente a ello, así que vamos allá:

¿Debo sifonar la arena de mi acuario marino? Sí, es muy recomendable.

En múltiples blogs de acuariofilia marina estarán poniendo el grito en el cielo al leer eso de “sifonar la arena/sustrato” y es que muchas páginas e incluso vídeos de compañeros de afición condenan completamente esta práctica, alegando diferentes motivos del por qué no debe nunca sifonarse la arena en un acuario marino. No obstante, muy lejos de la realidad, existe múltiple bibliografía donde como tarea de mantenimiento periódico recomendado se encuentra el sifonar el sustrato y retirar los restos depositados en él. Científicos de renombre en el sector de la acuariofilia como Stephen Spotte en sus múltiples libros de mantenimiento de acuarios marinos, o incluso libros como “The Marine Aquarium For The Home Aquarist” de Robert F. O’connell y otros científicos marinos como C. R. Brightwell, justifican la limpieza periódica del sustrato, entonces ¿por qué está tan polarizada la opinión respecto a esta técnica? Y lo más importante ¿qué debo hacer realmente? Vamos a ir paso por paso, viendo los falsos mitos o teorías y dando las pertinentes explicaciones:

“Nunca debes sifonar si tienes un sistema de DSBCORRECTO

Es en el único caso donde no se recomienda sifonar la arena del acuario.

Un DSB (Deep Sand Bed) es un sistema de control natural de compuestos nitrogenados dentro del acuario que consiste en colocar una gruesa capa de sustrato (mínimo 10cm) como base en la urna principal o el sump. En esta capa en los primeros centímetros en contacto con el agua, mediante su población de microfauna, se reciclará toda la materia orgánica que caiga sobre ella. En los siguientes centímetros, a medida que la capa va profundizando más, se va agotando paulatinamente el oxígeno disponible, permitiendo la proliferación de otro tipo de organismos, como bacterias desnitrificantes, que reciclarán los nutrientes inorgánicos (principalmente nitratos), eliminándolos de forma natural del acuario (el caso de la conocida desnitrificación bacteriana).

En estos casos donde es crucial tener una capa de sustrato con sus zonas bien definidas y delimitadas, y una microfauna que permita parte del proceso de reciclaje, obviamente el realizar un sifonado está totalmente contraindicado, pues destrozaría todo el sistema de filtración planteado.

“Si sifonas el sustrato matarás toda la microfauna del acuario” – NO DEL TODO

Si no tenemos un sistema DSB como el anteriormente citado, esta teoría no tiene sentido. Es cierto que en el sustrato se asientan múltiples microorganismos pertenecientes a la microfauna del acuario, pero igual de cierto es que la mayor parte de esa microfauna también se asienta en las rocas del acuario, en todos sus poros y recovecos. Si mantenemos un acuario con una cantidad suficiente de roca de buena calidad, no deberíamos temer por quitar parte de los microorganismos presentes en el sustrato cuando sifonamos ya que, teniendo una buena colonia de organismos cobijada en las rocas, la población se repondrá con facilidad manteniendo un equilibrio sin ningún problema.

Hay ciertos organismos que viven casi exclusivamente enterrados en este sustrato, como los curiosos “gusanos espagueti” de la familia Terebellidae, (por ejemplo) que sí es cierto que pueden molestarse con ese pequeño sifonado, sin embargo si la limpieza la realizamos con un sifón adecuado (de boca suficientemente larga para que no aspire toda la arena) es muy fácil descubrirlos cuando sin querer aspiramos alguno de ellos, quedándose flotando a mitad del sifón, por lo que se hace muy fácil parar momentáneamente de aspirar y permitir que vuelva al sustrato, donde sin problema se podrá volver a enterrar y vivir plácidamente.

“Si sifonas el sustrato estás matando a las bacterias nitrificantes” – NO DEL TODO

Como ocurre con la microfauna, la gran parte de la colonia bacteriana nitrificante del acuario marino se asienta en los poros e intersticios de las rocas. De nuevo, si tenemos una cantidad adecuada de roca, además con una buena porosidad, no deberíamos preocuparnos de perder parte de esas bacterias adheridas a los granos de sustrato, ya que su cantidad comparada con la cantidad que se encuentra en rocas y material filtrante biológico es mínima.

No obstante, si resulta que necesitamos hacer un mantenimiento de urgencia en el acuario, con una limpieza profunda de rocas y sustrato (por ejemplo, por plaga de algas), es ahí donde podríamos estar retirando bastante parte de colonia bacteriana. En esos casos la solución es sencilla, tras la limpieza se puede aditar un producto concentrado de bacterias nitrificantes para reponer la posible pérdida de colonia bacteriana anterior.

“Si sifonas el sustrato puedes liberar al agua sustancias tóxicas para los peces” – NO EXACTAMENTE

En condiciones normales, el riesgo de liberar sustancias tóxicas cuando movemos el sustrato ocurre precisamente cuando no se lleva a cabo un sifonado periódico y un buen mantenimiento de este. En estos casos, normalmente cuando la capa de sustrato es bastante profunda y no se cuida su mantenimiento, lo que ocurre es que entre los granos del sustrato se va acumulando materia orgánica particulada en las capas inferiores, que al ir descomponiéndose en ausencia completa de oxígeno va generando sustancias tóxicas como el metano, CO2 e incluso gases tan tóxicos como el sulfuro de hidrógeno, que de liberarse en la columna de agua puede tener consecuencias muy negativas para nuestros habitantes.

Este riesgo también se corre si montamos sistemas DSB y no los mantenemos adecuadamente. Si un sistema DSB con una gran capa de sustrato no tiene una buena microfauna que pueda reciclar los nutrientes de las primeras capas y oxigenar las capas intermedias del sustrato, se corre el riesgo de una acumulación excesiva de gases tóxicos que en cierto momento pueden llegar a “colapsar” el sistema y a contaminar el acuario.

Para evitar esto, en acuarios con sustratos decorativos, es conveniente remover periódicamente la arena y permitir su buena oxigenación y retirada del exceso de restos acumulados.

“Si tienes un buen equipo de limpieza como caracoles e invertebrados no hace falta sifonar” – NO DEL TODO

Está claro que un buen equipo de limpieza en el acuario nos facilita mucho el mantenimiento de este de forma natural. Siempre recomendamos la introducción de invertebrados que nos ayuden a combatir la suciedad de todas las superficies como caracoles, estrellas de mar, ofiuras, pepinos de mar y muchos otros. Sin duda alguna son excepcionales a la hora de comerse y eliminar todos esos restos de materia orgánica que se depositan en el sustrato y rocas, pero como dijo el gran científico Antoine Lavoisier “la materia ni se crea ni se destruye, solo se transforma”, entonces… ¿qué pasa con esa materia orgánica que estos organismos se comen? ¡exacto! no desaparece por arte de magia, SE TRANSFORMA EN DESECHOS, es decir en materia inorgánica. Aunque es cierto que la cantidad de desechos generados en comparación con lo ingerido es bastante baja, esta materia inorgánica también es una pequeña fuente de contaminación, por lo que hay que retirarla de alguna forma… lo ideal sería dejar que se descompusiera por propia acción microbiana, lo más natural, pero esto supondría un aumento de sustancias como fosfatos y nitratos, no deseables en nuestro acuario. Por esta razón, aunque tengamos un buen equipo de invertebrados que nos ayuden con la tarea, es necesario que la terminemos nosotros, sifonando el sustrato y terminando de retirar todo lo que nuestros amiguitos han ido generando tras su digestión. Obviamente, si la tasa de consumo es mayor que la tasa de generación de nutrientes, la periodicidad con la que debemos retirarlos será menor, pero aún así, se hace necesaria la retirada o limpieza de vez en cuando.

En estos casos, este equipo de limpieza es ideal, además, para remover constantemente el sustrato, oxigenarlo y evitar que se generen zonas anóxicas (sin oxígeno) peligrosas, pero obviamente no podemos esperar que todo el trabajo de limpieza recaiga sobre ellos, nosotros debemos hacer nuestra parte.

Como conclusión, se puede decir que aunque no decimos que sifonar el sustrato del acuario sea de extrema obligación, sí es totalmente recomendable ya que a largo plazo evita una acumulación excesiva de suciedad, que de otra forma no podría eliminarse eficientemente, pudiendo crear problemas de exceso de nutrientes, aparición de algas y bajada general de la calidad del agua. Como siempre, cada acuario es un mundo y por ello la necesidad de realizar esta limpieza de sustrato puede variar mucho entre un acuario y otro, por lo que lo mejor es ajustarse a las necesidades de cada caso, teniendo en cuenta todas las justificaciones anteriores respecto a la importancia de esta limpieza. ¡Nos vemos en próximos artículos!

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